Para los que se sueñan

Por Danilo Urbanavicius

La relación de los uruguayos con el Estado es ambigua. Depositamos muchas expectativas en él y le otorgamos muy pocas esperanzas.Por un lado, exigimos su presencia, su intervención y la asunción de distintas responsabilidades. No importa el área que sea. Por otro lado, cuando éste asume las responsabilidades exigidas damos por sentado que no funcionará “como todo en el Estado”.

En un país caracterizado por no culminar muchas de sus obras públicas, donde se le daba valor al hecho de no gastar ni invertir en calidad, el 25 de agosto del año 2004 se reinaugura el Teatro Solís. Es cierto que el incendio producido en el camerino 23, devenido en depósito de vestuario de la Comedia Nacional, aceleró varios procesos. Pero también es cierto que desde el año 1996 las autoridades municipales de la época con Gonzalo Carámbula como abanderado, luego de décadas de abandono, se comprometían públicamente frente a toda la ciudadanía a restaurar el principal teatro de nuestro país. 

Para los que se sueñan es un libro que cuenta algunas de estas historias que forman parte de una gran historia: la del Teatro Solís. No son historias descolgadas. No es un anecdotario escrito en primera persona que pondera el ego personal de quienes lo escribieron. Es un acto de generosidad de sus autores que bien puede basarse en las palabras de Antonio Machado, quien sostuvo que “en cuestiones de cultura y de saber, solo se pierde lo que se guarda; solo se gana lo que se da”. 

Tampoco es un capricho. Es un libro necesario y obligatorio, no solo para quienes abrazamos con pasión la gestión cultural, sino para quienes ocupan lugares de gestión y decisión en la política pública. También es para la ciudadanía toda.

Con una escritura simple y llana, pero no menos profunda, este libro está cargado de definiciones de fondo, al igual que aquellas palabras del “nuevo Darno” cuando en el recital “El  trigo de la luna” mostraba un nuevo personaje un tanto controversial, un poco más oscuro tal vez, pero sobre todo más profundo. 

Es un libro valiente que cuenta historias de un Teatro Solís habitado, en el sentido literal de la palabra, por algunos de sus funcionarios. Donde éstos le exigían, por ejemplo, a las compañías que allí se presentaban una suma de dinero de carácter obligatorio que ellos mismos definían en función del espectáculo, entre otros abusos. Por eso, insisto, este libro es también para la ciudadanía toda.

Está escrito a corazón abierto y es una suerte de montaña rusa emocional que te lleva desde un punto alto de la realización, un estado de gracia generado por las historias relatadas; a un descenso vertiginoso a zonas oscuras, que provocan una mezcla de miedo debido a un tiempo que por suerte ya pasó y al cual no queremos regresar. Tiempo que da bronca y que te deja sin respiración. 

Estas páginas cuentan las decisiones más importantes que se tomaron en función de un nuevo modelo de gestión que lo cambió todo. Que rompió con paradigmas impregnados en lo más profundo de una de las instituciones culturales más importantes de la región. Aquí se explicita que querer y cuidar son dos verbos fundamentales que deben delinear el modo en que, en este caso, nos relacionamos con nuestros artistas desde las entrañas de un teatro, pero que aplica a cualquier ámbito de nuestras vidas.

El argentino Rubens Bayardo sostiene que: “los profesionales de la gestión cultural, absorbidos por las responsabilidades del aquí y ahora, en circunstancias tan críticas como cambiantes, muchas veces añoran el reflexionar y lamentan no poder detenerse a analizar y sistematizar sus experiencias, profundizar o actualizar sus conocimientos” (1); por esta razón, lo que Gerardo Grieco y Elena Firpi, con la destacada colaboración de Luis Mardones, hacen en este libro es un aporte invalorable pocas veces realizado en Uruguay. Pone en valor la importancia del registro y la sistematización de nuestras prácticas profesionales. 

Que Elena haya sido invitada nuevamente por Gerardo a participar en un proyecto que perdurará en el tiempo no es casualidad. Él tenía claro que su rigurosidad profesional, su capacidad de síntesis y su agudeza conceptual serían clave para reconstruir y sistematizar estas historias, ya que: “ la memoria es lo que uno recuerda, sí, pero al mismo tiempo es lo que no cree que recuerda y además, lo que dice que recuerda” (2).

Quienes conocemos a Gerardo y quienes tuvimos y tenemos el honor de trabajar a su lado, sabemos de su capacidad y generosidad, y sabemos que: “todos lo respetan, se sabe, es pobre y rico, generoso al convidar, al envidar y hasta para echar el resto. Confirmo, porque todos sospechan, que tiene miles y miles de compañeros almas y más” (3).

Gracias Gerardo y Elena por este libro que colabora con aquellos que queremos cambiar de raíz el sistema de gestión de salas e instituciones culturales. Y sobre todo, gracias por hacernos soñar.

1- Bayardo, Rubens, (2005),  “Cultura, artes y gestión”. La profesionalización de la gestión cultura”, en Lucera, año 3, n° 8, Rosario, Centro Cultural Parque de España.

2- Solari, Indio  (2019) “Recuerdos que mienten un poco” . Buenos Aires: Sudamericana, p. 9.

3-  Alfredo Zitarrosa “Milonga del alma III”

Licenciado en Gestión Cultural por la Facultad de la Cultura de la Universidad CLAEH y Comunicador Social. Asistente de Decanato, tutor de proyectos de egreso en la Tecnicatura en Gestión Cultural y Coordinador académico de la Tecnicatura en Gestión de Instituciones Deportivas, Facultad de la Cultura. Es co autor del libro La nueva cultura del ballet en Uruguay, un trabajo de investigación de corte cuantitativo y cualitativo que indaga en las características del público del Ballet Nacional del Sodre. Gestionó diversos proyectos culturales tanto en el ámbito público como privado. Co-director Gestión Cultural UY.

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